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 COMIENZA EL CAMINO

Un año más, después de celebrar la Santa Misa a las ocho de la mañana en su honor, se inició ayer lunes 22 de mayo la peregrinación a la ermita de Ntra. Sra. del Rocío en Almonte desde la Casa de Hermandad del Rocío de Isla Cristina, localizada en la Plaza de San Francisco. Fue una salida emotiva y gozosa liderada por su Sin Pecado. Que Dios y la Blanca Paloma les guíen en el camino y puedan llegar sin ningún tipo de problema, permitiéndoosles venerar con devoción y rezar a la Reina de las Marismas. 

ORACIÓN MADRE DE DIOS

Madre de Dios y Madre Nuestra,
Nuestra Señora la Virgen del Rocío,
a quien con amor y devoción veneramos,
en la entrañable advocación del Rocío
Hoy llegamos con esperanza ante Ti,
para decirte que sabemos que no nos abandonas,
que nos cuidas y nos llevas en tu Corazón,
a para pedirte que nos manifiestes tu ternura,
y seas nuestra luz y guía en esta vida,
que en ocasiones se nos presenta dura y adversa.

Oh Virgen santa, guárdanos bajo tu amoroso manto,
tiéndenos tus brazos, ampáranos y ayúdanos,
cuando nos veas desfallecer,
y las adversidades nos hagan padecer:
socórrenos Madre en nuestras necesidades,
auxílianos en las dificultades,
danos solución a nuestros angustiosos problemas,
consuélanos y alívianos en nuestra aflicción,
no nos abandones Señora nuestra, por favor.

Recíbenos en tu seno maternal,
y llénanos de gracias y bendiciones,
intercede por nosotros y lleva nuestras súplicas,
a lo alto de los Cielos,
para que tu Hijo, nuestro Señor,
nos envíe todo lo que necesitamos,
para salir de nuestras necesidades y problemas,
y nos llene de salud, de amor, tranquilidad y paz.

Danos también tu ayuda para salir del pecado,
alcánzanos del Señor Misericordioso,
el perdón de las muchas culpas,
con que hemos ofendido a tu Hijo Jesús.

Señora Madre Nuestra: Intercede por nosotros,
para que, libre de los males,
espirituales y temporales,
sirvamos al Señor en Santidad y justicia,
todos los días de nuestra vida.

Así, bajo tu amparo y patrocinio,
llegaremos a tener parte contigo,
en el gozo del reino de los Cielos.

Amén.